viernes, 14 de julio de 2023

 

LA   CASA   DE   MIS   ABUELOS.

 



 Eres ese espacio, que permitió a la familia el desarrollo del diario vivir, refugio de amor, que sintieron los pasos no solo de abuelos, hijos, nietos, vecinos allegados, sino que era el sitio de acogida, de todas las generaciones de la familia de los papitos Eulogio y mama Juanita, y después de décadas de años el encuentro soñado de sus descendientes.




 Sus puertas, ventanas, escalas, corredores, habitaciones, patios, contenían esa magia, de contar lo vivido por esos seres especiales que pernoctaron, pasaron, vivieron, en ese lugar, toda la familia, encontró allí un refugio de paz, calidez, amor, compartir, con los seres que amamos y que nos dieron el privilegio de vivir.

Sos el origen mítico de generaciones, que dieron sus primeros pasos por esos pisos de madera, que hoy rinden homenaje a 16 tíos, 102 nietos y 350 bisnietos, los cuales en la carrera de la vida, después de largos años acompañan en el cielo a tan queridos, recordados y venerados abuelos, es lindo volver atras recordar lo vivido, y volver los pasos  para recordar esos lindos momentos.

Sitio de encuentro, sitio de reuniones, sitio de tertulias, sitio de celebraciones, todo en el acontecer del diario vivir, el desarrollo de la vida en un pueblo chico, fruto de la colonización antioqueña a donde llegaron nuestros ancestros desde los primeros años de su fundación, donde hecho raíces profundas y florecieron las ramas vigorosas que con orgullo permean la vida actual.

Son voces, rizas y llantos, es música cantos y sonar de cuerdas, que llenan el espacio, durante su existir, voces de los abuelos, sus acompañantes, de los que llegaban todos los días a compartir esos minutos y ratos, para llenar el alma, con el poder de lo vivido, un consejo, una confidencia, una felicitación, era recargar y continuar el camino.

Alegres, con el sabor del chirrincho, la música de mis viejos, las voces privilegiadas de la familia, que como dioses llenan el eco de esa casa grande en noches de frías primaveras, que ya nunca volverán, que guardo en los recuerdos más profundos de mi ser.

Después de muchos años desde partes muy remotas y con un llamado de la sangre, llegamos a rendir ese tributo final, que fue sembrado desde allí y que trasborda las fronteras y que debe ser testigo, de lo que allí se vivió, con nostalgia vemos caer las imágenes de lo que fue, y de lo que siempre serás, la casa de los abuelos.


GadoRuiz

14 Jul 2023

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